Siempre me gustaron las motos, las veía como un sueño desde niño, cuando tuve edad de poder conducir legalmente un ciclomotor, era una de las cosas que mas ansiaba, pero mis padres no querían verme sobre dos ruedas, siempre fueron un poco sobreprotectores, así que cumplí 14, me saqué una licencia para conducir ciclomotores que nunca usé, cumplí 16 y seguía sin poder disfrutar de un sueño que sólo pude cumplir cuando, tras dos años trabajando con un mísero salario de 50.000 pesetas logré los ahorros suficientes para, una vez sacado el carné de motos, comprarme ya si con 18 años la primera, una Yamaha SR 250 Special. Lucía tan bonita y brillante que yo estaba encantado y fue mi fiel compañera durante más de 10 años. Con ella fui muchas ediciones seguidas a Pingüinos, la primera vez en Tordesillas en 1995, con el carné apenas estrenado hacía tan sólo unos meses, ya que me lo dieron en octubre del año anterior.
Tras aquella 250cc di un gran salto para comprarme una Yamaha Virago XV 1100, ahí todo cambió, ya no iba vendido en la moto por la carretera, tenía motor y caballos suficientes para poder disfrutar de los viajes largos y con esta nueva montura si que hice kilómetros, muchísimos, visité todos los extremos del mapa de España y de Portugal, hice grandes amistades en el mundo de la moto, descubrí lo que era estar en clubes y deseaba tener un fin de semana libre para viajar sobre dos ruedas. Me he ido en más de una ocasión sólo de vacaciones, porque no necesitaba más que mi moto para ello y no esperaba a que alguien pudiera acompañarme para iniciar el viaje. Guardaré siempre buenísimos recuerdos de aquella moto, indestructible, con nervio y a la vez capaz de permitirte un viaje cómodo y seguro.
Desde entonces llevo subido en mi Harley recorriendo muchos puntos de España, conociendo a gente nueva y compartiendo kilómetros y risas con viejas amistades. Por eso he decidido que en 2025 pondré en marcha mi nueva andadura o, al menos, lo intentaré, desde este viejo blog y a través de YouTube os voy a narrar mis viajes con detenimiento y detalle, contándoos donde voy, recomendándoos donde merece la pena parar y dónde no, haciendo partícipe a todo el que me siga de mis aventuras y, si las hay, también de mis desventuras. ¿Mi pretensión? Ninguna, simplemente compartir con nuevos y viejos moteros lo que viva sobre dos ruedas. Espero que os interese al menos a alguno.
Gracias por leerme. Ráfagas y Vsss


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